22 de Abril de 2009
Alguien
asesoró mal a los funcionarios K que contrataron los
servicios de barrabravas para hacer propaganda oficial en el
superclásico. Les pagaron para colgar en la tribuna un trapo
con una advertencia: "Clarín: el fútbol es una pasión, no un
curro". Justo ellos, que si hay algo que hacen es negocios
turbios con la pasión del hincha.
El
folklore tribunero que hacía del fútbol argentino un
espectáculo único se contaminó hace tiempo con la irrupción
de estos hinchas pagos. No grupitos que llevan banderas y
bombos, bastoneros que piden micros para acompañar al equipo
y alentarlo. Son mercenarios.
Verdaderas bandas mafiosas que se alquilan dentro y fuera de
la cancha.
No le hacen asco a nada que huela a plata:
cobran por gritar a favor o en contra de su propio club y
por silenciar a los que gritan otra cosa. Y en su menú entra
de todo. Recaudan lo que pueden y de donde pueden. Revenden
entradas que les sacan a los dirigentes, exigen plata a los
que estacionan cerca de la cancha y cobran protección a los
vendedores ambulantes. Llevan turistas a los partidos y
hasta manejan transas de drogas.
A los
mercenarios del tablón les da lo mismo ir a apretar al
plantel, custodiar a dirigentes políticos y sindicales,
hacerles pintadas y meterse en sus grescas internas. O
colgar una bandera a pedido. Sólo es cuestión de precio.
Lo peor es el ejercicio de la violencia.
Están salpicados por sangre. Son capaces de matar a hinchas
de otro club y también del propio cuando está en juego el
control de los negocios.
Todo el mundo sabe todo. Empezando por el Gobierno, que dice
tratar de erradicar la violencia en las canchas y termina
contratando a los violentos para que le hagan trabajo sucio.
Ricardo Roa (rroa@clarin.com),
Editor General Adjunto de Clarín.
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NotaS relacionadAS:
La bandera que prueba la relación Gobierno-barrabravas
La bandera que flaco favor debiera hacerle al Gobierno en su
lucha contra el monopolio Clarín. | Foto: Fotos Telam
Cuando todavía están frescos en el recuerdo los
cruentos
episodios de violencia protagonizados el año pasado
por las distintas facciones en que se divide la barra brava
de River Plate, la exhibición de una bandera en la popular
ocupada por los hinchas "millonarios" en la cancha de Boca
vino a demostrar este último domingo, en ocasión de jugarse
el Superclásico del fútbol argentino, la relación de
connivencia y
favores mutuos que hace tiempo se
prodigan esos grupos y el poder político.
"Clarín: El fútbol es una pasión no un curro",
decía el muy extenso "trapo" que, obviamente financiado por
sectores afines al Gobierno -si no directamente por algún
funcionario o ente estatal-, fue exhibido con la intención
de atacar, tal como el ex
presidente Néstor Kirchner
viene haciéndolo en sus últimos discursos, al grupo
empresario que ejerce un monopolio absoluto
sobre las transmisiones por
TV de los encuentros que organiza
la AFA.
Por más adhesión que pueda despertar un mensaje por la
"socialización" de los derechos televisivos en cuestión,
está claro que una bandera así no podría
nunca haber sido desplegada
como lo fue de no haberse contado para ello con la anuencia
y la colaboración de los grupos de violentos que hoy dominan
la popular "millonaria". Y en ello radica
la real importancia y gravedad de este hecho, que
la agencia
oficial Télam
atribuyó en su sitio de
Internet a "una agrupación de hinchas" cuando
claramente
fue
coordinado con la barra brava de River.
Flaco favor, en definitiva, debiera hacerle a cualquier
iniciativa del Gobierno esta acción supuestamente organizada
por una
misteriosa organización denominada
"Abramos la Cancha", cuyos responsables o integrantes
ni siquiera son mencionados en su propia web
. Tal vez, por temor a que se sepa quiénes
están realmente detrás de esta "movida", que en la Bombonera
también incluyó la exhibición de una bandera con la leyenda
"El fútbol es de la gente y para todos" en la tribuna local.
Sí,
allí mismo
donde manda la temible "12".
No parece nada casual, de hecho, que en el mismo sitio de la
organización -disfrazado de blog para dar sensación de
"emprendimiento de hinchas"- se ataque a Clarín por
cuestiones que exceden la temática futbolística, y se
mencione al opositor Francisco De Narváez o
a periodistas independientes como Jorge Lanata y Nelson
Castro
entre quienes están "en contra" de que la difusión
televisiva del fútbol sea "libre y gratuita".
Además, esta "agrupación de hinchas" a la que
nadie conocía
hasta hoy en el ámbito futbolístico
tuvo repentina y
misteriosamente los fondos para imprimir y distribuir en la
Bombonera volantes con opiniones de
distintas personalidades del ámbito deportivo en contra del
monopolio televisivo sobre el fútbol, lo que, sumado a la
confección y "puesta en escena" de las banderas, debió
insumir no poco dinero a los "hinchas" que supuestamente
conforman "Abramos la Cancha".
¿De dónde saldrán realmente
los recursos para financiar semejante despliegue?
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Jóvenes
K denunciarán el monopolio del cable
La agrupación La Cámpora volanteará
contra el control de la TV paga. El fin de semana se había
movilizado por el fin del fútbol codificado.
El Gobierno profundizará en los
próximos días su pelea contra el Grupo Clarín,
que tuvo el
domingo pasado uno de sus momentos más álgidos, cuando las
hinchadas de Boca y River, impulsadas por dirigentes K,
desplegaron banderas con críticas a los derechos de la
televisación del fútbol, controlados por el multimedios: la
nueva embestida oficial se ocupará de golpear sobre la
fusión de Multicanal y Cablevisión,
otro de los negocios de
Clarín que la Casa Rosada pretende modificar a través de la
nueva Ley de Radiodifusión, confirmaron fuentes oficiales.
La Presidencia pondrá en marcha
una serie de “actividades” para instalar la idea de que en
la Argentina los abonos por la televisión por cable son
demasiado costosos debido a que Clarín tiene el “monopolio”
de la televisión paga. Esos informes no aclaran, por
supuesto, que la fusión de Cablevisión y Multicanal fue
aprobada por el propio gobierno de Néstor Kirchner, en los
tiempos en que tenía buena relación con Clarín.
Igual que en el tema “fútbol
libre y gratuito”, la Casa Rosada pedirá ayuda territorial
para su nuevo plan a la agrupación juvenil La Cámpora. La
estrategia oficial consiste, entre otras cosas, en repartir
casa por casa folletos informativos sobre el negocio de la
televisión por cable, donde se remarcará que los costos de
ese servicio son más elevados y deficientes en la Argentina
que en los países vecinos como Brasil y Chile.
La Secretaría
de Medios, de Enrique Albistur, ya había pautado avisos en
medios gráficos con el mismo sentido. Ahora redoblará la
apuesta.
Ayer, en la Casa Rosada
festejaron el impacto mediático que había tenido el
despliegue de banderas anti Clarín llevado adelante por las
hinchadas de Boca y de River, enfrentadas el domingo en el
Superclásico, un esquema revelado en su edición del lunes
por Crítica de la Argentina. A pesar de que los medios
remarcaron que hubo negociaciones entre dirigentes kirchneristas con barras bravas, y que incluso éstas habrían
recibido un pago “por izquierda” por sus gestiones a favor
del Gobierno, los funcionarios celebraron: “Lo que nos
importa es que la discusión de que el fútbol tiene que verse
de manera gratuita por tevé esté instalada”.
Ningún miembro del Gobierno
desmintió ayer la existencia de esos contactos “non sanctos”
entre el oficialismo y las barras bravas de Boca y River.